Tras mi viaje relámpago a Atlanta, ya estoy en Granada. Eso sí, antes me ha dado tiempo de ‘preparar’ mis primeros panellets (olé olé) –aunque en honor a la verdad, sólo he sido la pinche-y también de degustarlos junto con Iñaki, Eli, Martina, Will, Marta, Manel y moi-même.
El vuelo ha sido un visto y no visto. A las 20.00h, salía de Barcelona-El Prat. A las 21.15, ya estaba en el Federico García-Lorca Granada-Jaén. En el aeropuerto, Javier y Pedro me esperaban para ir a cenar. Nos dirigimos primero al Carmen de la Victoria, que es donde me alojaré. Está situado en el Albayzín, que constituye uno de los núcleos antiguos de la Granada musulmana. El lugar es precioso. Sus calles, irregulares y estrechas, conservan el empedrado antiguo. Casi no hay coches dado que sólo pueden entrar los de los residentes y taxis. Me explican que “Carmen” viene del árabe Karm (viña), y que éste es el nombre que recibían en Granada las huertas de placer que poseían los árabes granadinos en los contornos de la ciudad. A mediados del siglo XX, la Universidad de Granada adquirió éste y lo utiliza como residencia para los profesores visitantes. Desde el Carmen hay unas vistas preciosas a la Alhambra iluminada. Mañana la podré visitar de día. Nos adentramos en el barrio del Albayzín, cuyo nombre indica que se trata de un lugar en altura. De ello, no hay duda. Todo son cuestas. Entramos en un bar. En la entrada, el siguiente cartel: "este bar es casa y hogar..." ¡Qué bonito!.
El vuelo ha sido un visto y no visto. A las 20.00h, salía de Barcelona-El Prat. A las 21.15, ya estaba en el Federico García-Lorca Granada-Jaén. En el aeropuerto, Javier y Pedro me esperaban para ir a cenar. Nos dirigimos primero al Carmen de la Victoria, que es donde me alojaré. Está situado en el Albayzín, que constituye uno de los núcleos antiguos de la Granada musulmana. El lugar es precioso. Sus calles, irregulares y estrechas, conservan el empedrado antiguo. Casi no hay coches dado que sólo pueden entrar los de los residentes y taxis. Me explican que “Carmen” viene del árabe Karm (viña), y que éste es el nombre que recibían en Granada las huertas de placer que poseían los árabes granadinos en los contornos de la ciudad. A mediados del siglo XX, la Universidad de Granada adquirió éste y lo utiliza como residencia para los profesores visitantes. Desde el Carmen hay unas vistas preciosas a la Alhambra iluminada. Mañana la podré visitar de día. Nos adentramos en el barrio del Albayzín, cuyo nombre indica que se trata de un lugar en altura. De ello, no hay duda. Todo son cuestas. Entramos en un bar. En la entrada, el siguiente cartel: "este bar es casa y hogar..." ¡Qué bonito!.
Cartel en la entrada del bar donde hemos cenado
¡Qué bonito!
¡Qué bonito!
Dentro, me percato que es un bar culé: colgada tras la barra, una camiseta del Barça. ¡Bonito también! Recibo whatsapps de Muriel con el tercer y cuarto gol del Barça. Nos sentamos. Javier pide ensalada y un “transatlántico” de pescado. Aquí, las raciones se piden así: medio-barco, barco o transatlántico. Con un barco, quizá incluso con medio, habría sido suficiente. Cojo una servilleta. Genial también: “Reina Mónica. Super tapas con mucho amor”. “Love is in the air”. Tras la cena, tomo algunas fotos más y regreso al Carmen. Mañana será otro día.
Bajando a pistas
La Alhambra vista desde el carmen de la Victoria
Antiguo pozo de agua
Subiendo hacia el Albaycín
Transatlántico
Iglesia del Salvador
Barrio del Albaycín
Jo, ha sido leer "Love is in the air", y me he emocionado... :-P
ResponderEliminarEso sí, respira profundo, eh?
Profundo, profundo, profundo, el cartel de entrada al Bar, realmente se nota que la influencia de Federico Garcia Lorca sigue impregnando las calles granadinas.
ResponderEliminarVaya tapeooo increible, tendré que ir a "fer un tast" del supertrasantlantico.
Le enviaré el blog a mi madre Alpujarreña de pro que seguro que le encantará tu descripción de Granada.
Correcaminos.