De Cincinnati a Nueva York

Esperando a Sandy...

Por el momento, Sandy todavía no ha llegado. Es como estar esperando a un invitado que llega tarde y que además, se hace de rogar. Más de 24horas pendiente de él y toda la ciudad está movilizada y paralizada por él. Sin embargo, no se decide. Mejor tomárselo con un poco de humor porque sino, es para volverse un poco loco. La verdad, es que todavía no sé cómo interpetar todo esto. Por un lado, soy consciente de que los americanos siempre exageran mucho. Pero por el otro, ver todas las tiendas cerradas, las largas colas de gente comprando comida y el más que posible apagón de luz, me hacen pensar que esto va en serio. Ya se verá. De hecho, son más de 24horas. En realidad, el sábado empezó toda la historia.

Sábado en Cincinnati

Es sábado y me levanto temprano. Hoy me toca hacer  mi presentación en el congreso. Mi panel empieza a las 8.30am. He dormido mal. Supongo que por los nervios. A las 10.30am termina la sesión. Salgo satisfecha. He dialogado con los asistentes y eso me gusta. Por un lado, porque significa que no se han dormido; por el otro, porque alguna de las cosas que he dicho les ha parecido interesante como para preguntar y siempre sugieren ideas intersantes a tener en cuenta. Al finalizar la sesión se me ha acercado una profesora. Me comenta que está trabajando temas similares a los míos pero en el contexto alemán. Intercambiamos targetas. Quién sabe, quizá puede surgir alguna colaboración interesante.  

Finalizado el congreso pienso que me espera Nueva York. Sin embargo, la amenaza de un huracán, el Sandy, hace peligrar mi vuelo. Tras algunas dudas, me confirman que podré volar. 

Tengo el vuelo al mediodía, y el taxi me recoge en el hotel a les 13.00h. Tras hacer el check-out y consultar internet en la office de recepción, llega mi taxi. En poco menos de media hora estoy en el aeropuerto de Cincinnati.

Cuando llego, me doy cuenta de que he olvidado mi usb con todos mis archivos del último mes en el ordenador de Cincinnati. Cojo el teléfono y llamo al hotel. Explico a la chica de recepción lo sucedido con mi usb. Se lo describo. Ella me confirma que lo han encontrado. Hablamos sobre cómo me lo pueden hacer llegar a Nueva York. Me dice que por correo postal a cobro revertido. Que me costará caro si lo quiero antes del miércoles. Yo acepto. En ese momento, el taxista, supongo que como me ve muy apurada, me dice que no me preocupe. Que él hará el viaje de nuevo hasta el hotel y me lo traerá. Que lo espere en la zona del check-in. I can't believe it. Le estoy super agradecida y el hombre se marcha. Llamo de nuevo al hotel. Les digo que Henry, el taxista, recogerá por mi el usb. Mientras, voy haciendo el check-in. Segunda sorpresa del día. Me hacen pagar 25$ por facturar mi maleta. No entiendo nada pero es lo que hay. Al poco, llega de nuevo el taxista al aeropuerto. Me trae el usb en un sobre. Estoy super agradecida. Le doy propina. El hombre me dice que no la quiere. Yo le insisto. Él me pregunta si puedo permitírmelo. ¿quizá pensó que era estudiante? Le digo que sí puedo y quiero. Que se lo doy de todo corazón, no por obligación como sucede en este país con las propinas. Su cara esboza una enorme sonrisa. La mía también. Además, pienso que he tenido suerte. Siempre hay gente buena en el mundo.

Mi vuelo va on time. El avión parece de juguete. Tengo serias dudas de que lleguemos bien. Con el miedo que me da volar, sólo me falta ver este trasto. En fin, me subo no sin reparos. Tras una hora y media de vuelo, aterrizo en el JFK. Está lleno a rebosar.

Justo delante mío, una chica con esta bolsa "Friends are more important than money". Gran verdad! Le saco una foto disimuladamente.

Tras esperar la maleta un buen rato, cojo un taxi. El tráfico en New York es horroroso. Tardo más de hora y media hasta llegar a mi hotel, el Washington Square Hotel, situado en el donwton de la city. Son ya las ocho de la tarde. Subo a la habitación. A las nueve he quedado con Emma, una amiga de Dolors, para cenar. La cena resulta muy agradable. Se nos hacen casi las once, y esto aquí ya es muy tarde. Por hoy ya ha habido sufiiciente. Mañana será otro día.

Domingo en New York

El domingo amance algo agitado. Parece que el huracán llegará en breve a Nueva York y la ciudad está en estado de emergencia. Aprovecho la mañana del domingo para subir hasta el MOMA y el MET. Es toda una caminata. Desde el principio de la 5th Avenue hasta la 86. Más o menos calculo que son unos siete kilómetros a la ida y otros tantos a la vuelta. Estos días runnning no hago pero lo que ha sido andar, pues no está mal. Por la mañana la situación todavía es bastante normal. A partir del mediodía, la cosa cambia radicalmente. A partir de las cuatro de la tarde, todas las tiendas empiezan a cerrar. En todas, el mismo cartel.

Parece que Central Park también hoy cierra a las 16.00h.

A pesar de todo, no me parece que estemos en estado de emergencia y soy algo incrédula, especialmente por lo exagerados que son estos americanos. Con todo, empiezo a bajar la 5th Avenue en dirección al hotel. Estoy en la calle 86 y debo ir a la 1 así que tengo un ratito largo. Llego al hotel pasadas las cuatro. Tras descansar un rato, salgo un poco por los alrededores del hotel y luego antes de cenar aprovecho para terminar un artículo que debía envviar antes del 1 de noviembre. No hay mal que por bien no venga. Además, quizá en los próximos días nos quedemos sin luz así que debo terminarlo hoy. Lo consigo. Ceno una pizza cerquita del hotel, en la pizzería Otto. Por cierto, muy recomendable.

Lunes en el Whasington Square Plaza

Hoy lunes, el día amanece más agitado si cabe. En la televisión, no paran de dar noticias acerca de la proximidad del huracán Sandy. Temen lo peor, no sólo por el huracán sino por las inundaciones. Además, resulta que es luna llena y esto hace que el mar esté más agitado si cabe.

Bajo a desayunar sobre las 9. En el hotel, se están portando de fábula pero no dan abasto. Aquí en Nueva York la gente vive generalmente lejos de donde trabaja y como han cerrado el metro y no funcionan los autobuses ni los ferrys, muchos de los empleados del hotel no han podido llegar. En el desayuno, tan sólo había dos de los ocho o diez camareros que ayer trabajaban. Los pobres no podían con todo. La verdad es que los dos han sido encantadores. Han sacado todo lo que había en la cocina, lo han puesto en una mesa central y todo el mundo ha podido coger lo que quería. Al irme, me pareció más que justo darles propina. Incluso con gente francamente desagradable han tenido siempre una respuesta amable. Para mi asombro, nadie más lo hizo. En este caso, como el desayuno iba con la habitación, la gente ha pasado de todo. Qué rabia me ha dado.

Pues bien. Esta mañana me lo he tomado más en serio y me he quedado por los alrededores del hotel, sin alejarme demasiado.  Primero, he salido a comprar provisiones para poder comer en el hotel al menos hasta mañana al mediodía.

Las provisiones

Mi comida de hoy lunes, con palillos ciertamente improvisados 

Luego, he estado en el Fish Eddy, qué maravilla de tienda. Me ha encantado. En total, no he estado más que un par de horas fuera y siempre a unos diez minutos del hotel. Sobre la una, ya estaba de nuevo en el hotel y desde entonces aquí sigo. A pesar de que estoy en una zona evacuada, el Downtown, no me he movido. Según la página web de información, debería ir a un albergue situado en la 117 pero... cómo llegar si no hay buses, metros ni taxis? De momento, me ha parecido más prudente quedarme aquí que deambular por las calles de NY con maletas y demás.

El metro cerrado desde ayer por la tarde

Y hoy lunes, algunas estaciones ya estaban inundadas

Sigo las noticias en todo momento. Saco algunas fotos de la pantalla de la televisión.

En la 57 ha caído una grúa. Por suerte, no había nadie. Daños materiales

La de vuelos que han cancelado. El mío es el miércoles.

De momento, está programado...

Mi habitación está en una octava planta. Me fijo que en el edificio que está situado justo enfrente de mi ventana, hay unas grandes bolas a modo de farolas. Pienso que si finalmente el huracán llega, estas bolas pueden salir volando y acabar haciéndome compañía en mi room. Ai las... Ya se verá...

Las bolas que quizá esta noche me hagan compañía

Va cayendo el día y Sandy todavía no ha llegado... Anuncian que será en las próximas horas. Por hoy lo dejo aquí. El día me ha pasado relativamente rápido. En parte, gracias a los whatsapps, mails y llamadas que he recibido. No sabéis cuánto se agradecen. De verdad, moltes gràcies a tots. M'heu fet sentir més a prop de casa!