martes, 22 de noviembre de 2011

Bilbao - Dimarts

14.30h. Llego a Bilbao. El día, gris y lluvioso. En el aeropuerto, poco que ver. Sin embargo, justo en la puerta de salida, un cartel reclama mi atención.
Cojo mi cámara. "Bilbo eta Donostia". Casualidades de la vida: la ciudad a la que acabo de llegar y la última ciudad que he visitado. Por un minuto, mi mente revive el fin de semana en Donosti...



En poco más de un trayecto de veinte minutos, estoy en el hotel. La entrada y la recepción son de lo más fashion. Es como entrar en otra dimensión.


Bien podría haber sido este el escenario de alguna escena de la Guerra de las Galaxias. 
 Espadas lásser activadas...



En recepción, coincido con una 'famosa'. De momento, aquí va la foto... es fácil de identificar, ¿no?


Mi habitación, la 921. Son más de las tres y tengo hambre. Salgo a comer algo. Una ensalada y un sandwich de salmón son mi comida de hoy.


Recibo un mensaje de Manel. Ha hablado con su buen amigo Marc, que vive aquí, y me manda unas guidelines a modo de orientación para que pueda aprovechar al máximo mi estancia en esta ciudad. A ver cómo lo combino con el trabajo. Tengo resuelto, pues, el tema pinchos, museos, compras, paseos y vistas de la ciudad... ¡qué más puedo pedir! Moltes gràcies als dos!!!

Salgo a conocer un poco el barrio. A pesar de que no siempre lo consigo, intento situarme.

Enfrente del hotel. Mañana prometo apuntar algo más al respecto...

Entre una cosa y otra, se me hacen 18.30h y regreso al hotel. He quedado con Eduardo, el director del Máster. El edificio donde imparto las clases está cerquita así que vamos andando. De 19.00h a 21.30h primera sesión del máster. Acabo contenta. Mañana me toca la segunda.

A la salida, llueve un poco. Un chirimiri que incluso es agradable, y diría que acorde con la ciudad.  A pesar de no ser muy tarde, poco más de las diez, está medio desértica. Me dirijo hacia la plaza Moyua y de allí, a una de las zonas que me ha recomendado Marc, la calle Maestro García Rivero. Entro en uno de los bares. Me tomo unos pinchos. No están nada mal, aunque creo que parte del encanto de ir de pinchos es hacerlo en compañía.

Vista panorámica de la plaza Moyua... nadie a la vista


Tras mi cena, regreso al hotel. En el trayecto no me cruzo con nadie...

En la calle Ercilla, ¿quizá el señor Ercilla?


Ya en el hotel, reviso mi clase de mañana. Me acuesto casi a las dos. Mi planning para mañana es levantarme temprano para salir a correr. Luego teletrabajar durante toda la mañana, acabar de preparar la clase y aprovechar para conocer algo más la ciudad. Veremos qué me depara el día....

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